domingo, 3 de marzo de 2013

¿Qué fue antes el huevo o la gallina?

Esta duda envuelve a todo ser humano a lo largo de su vida, pero no esta esencialmente, sino esta misma plasmada en el ámbito cerebro-mente.
¿Qué tiene mayor influencia la mente sobre el cerebro o al contrario?
Durante miles de años, desde antes del inicio de nuestro calendario hacia delante, es decir, desde los años a los que se le suma el típico "antes de Cristo", desde aquellos momentos, en Grecia, mucho antes, los chamanes tibetanos, en el centro de Asia, ya se planteaban esta duda, la duda de qué es lo que nos diferencia, y si somos un todo o cierta parte de nosotros se aleja del mundo real. . .
Todas estas teorías forman una corriente filosófica, el Puritanismo, que aseguraba la importancia del alma frente al cuerpo. De esta manera surge el dualismo, que frente a la pregunta antes planteada, claramente y sin duda alguna aseguraría que la mente (el alma) es primero y más importante que el cerebro (cuerpo). Aparece también el monismo que dice que ambos cerebro y mente son lo mismo por lo que le dan mayor importancia al cerebro que a la mente, ya que aseguran que lo segundo se debe totalmente a conexiones y actividad del cerebro. Por lo tanto fijándonos en ambas corrientes lo único que podemos de deducir es que no hay solución a esta paradoja o decantarnos por alguna. . .

Yo sinceramente pienso que no solo somos cerebro, aunque a veces hay ciertas cosas que hacen parecer que todo se limita a eso, pero aún así, soy incapaz de pensar que todo lo que pienso, hago, decido, y siento se basa en un intercambio de electricidad y productos químicos entre neuronas.
Creo que tanto mente como cerebro son dos cosas muy relacionadas entre sí, que se influyen mutuamente pero que no son lo mismo, no creo que se puedan reducir una en la otra. Por una parte se sabe que el cerebro afecta a la mente en el sentido de que si, por ejemplo, se consumen drogas, estas bloquean ciertas actividades cerebrales que posteriormente influyen en el pensamiento.
Sin embargo, la mente influye más de lo que creemos en nuestra vida, y en el moldeado del cerebro. Aunque no lo creamos somos capaces de controlarnos, y de manejar ciertas situaciones guiándolas de la manera que mejor nos convenga. Pero requiere cierta práctica.

Confío mucho en la capacidad de autoconvicción y que es un factor fundamental para poder controlar ciertas cosas del cerebro. Además me gusta experimentar conmigo misma y observar la capacidad que tengo para poder convencerme de algo que sé que es falso. Los momentos de aburrimiento son los mejores para practicar y matar el tiempo de ese modo resulta (al menos para mi gusto) divertido.
Empecé hace ya un tiempo, me imagino que fue en una tarde de aburrimiento, y lo más seguro que de verano. Odio el calor. Sé que fue esa prueba que me hice a mí misma, autoconvencerme de que no hacía calor, de que estaba a gusto, e incluso que ciertas brisas de aire frío recorrían mi habitación. Sería mentira decir que fue fácil, no lo fue, necesité ayudarme generando escalofríos que recorrieran mi cuerpo, recordar esa sensación de frescor que eriza los pequeños pelitos del brazo y concentrarme en sentirla a pesar de estar rodeada de una temperatura superior a los treinta grados centígrados.
Poco a poco, con paciencia y sobretodo con práctica se consigue. En ningún momento he dicho que la sensación de calor se iba completamente, pero sí pasé de tener un calor insoportable a sentirme a gusto y sin demasiado sofoco. Esto también me sirvió para el frío del invierno al que ya fácilmente (debido a la práctica) controlé y ahora soy "inmune" en cierta manera a sentirme incómoda debido al frío o al calor.

Quizás estoy loca, quizás es solo una imaginación, o quizás realmente funciona, pero me da igual cual de las tres es la verdadera, lo que sé es que convenciéndome a mi misma soy capaz de soportar el frío y el calor, mientras que otros tienen que taparse con millones de mantas en invierno o bañarse en hielo en el verano. Por ahora me funciona con la temperatura y con más cosas, con el estado de ánimo, alguna vez lo he conseguido con el dolor, y creo que con la debida práctica con todo.

Si tuviese que dar una respuesta a la pregunta diría que ambas son a la vez, es decir, que la mente y el cerebro tienen exactamente LA MISMA capacidad de influir una sobre la otra y que ambas se complementan formando un circulo vicioso de nunca acabar: el cerebro afecta a la mente, que a su vez controla al cerebro que este cambia la mente. . . y así gira uno en torno a otro. Sin embargo no tenemos la mente suficientemente desarrollada para actuar sobre el cerebro, pero con la debida práctica pienso que se puede conseguir, y eso explicaría que la mayoría de las veces sea el cerebro el que dicte el comportamiento.

Como ya he mencionado anteriormente, pienso que son dos y no solo cerebro, ya que me parece un tanto ilógico pensar que el cerebro y ciertas sustancias que segrega él mismo se prueben a sí mismo para saber si puede ser modificado creando otras sustancias que lo modifiquen que se den cuenta de que ha sido cambiado y un lío tremendo que no sé exactamente como explicar. Por lo que creo que hay dos cosas que trabajan a la par y que si una no existe la otra tampoco puede funcionar.

De ese modo si no hay cerebro no puede vivir la mente y si no hay mente el cerebro no vive.